lunes, 1 de septiembre de 2008

EL CRISTIANO Y LA PERSECUSION - San Juan 15:17-21

Introducción: Algo que caracterizó al Señor es que siempre habló a sus discipulos con la verdad. Cuando él invitó a los hombres a seguir sus caminos no quiso dejarles con la impression de que el camino del evangelio era un sendero de rosas en donde todo les sonreirían. Por el contrario, él presento la verdad de las cosas y les anunció que al seguirle les acontecerían muchos males. Probablemente el saber que seguir los caminos de Cristo produce muchos problemas y aflicciones es algo que pudiera desalentar a muchas personas. Pero, a pesar de ello, Cristo no quiso callar sobre el asunto. El enseñó claramente que todos aquellos que desearan seguirle enfrentarían muchos males por causa de la Palabra. Si deveras estamos dispuestos a ser de Dios, pase lo que pase entonces podremos tener la confianza de que con esfuerzo podremos llegar hasta la meta final.

Veamos los puntos de enseñanza:

1. La persecuación contra los cristianos es inevitable: (Juan 15:18) Cuando el Señor hablaba con sus discípulos sobre la persecución, lo hacía de una menera en que él dejaba constancia de que ella era inevitable. La historia de la iglesia Cristiana por más de mil novecientos años es una prueba de cómo los creyentes han sido siempre preseguidos. No es bueno alimentar falsas esperanzas, la naturaleza humana nunca cambia y la Amistad con Dios seguirá siendo enemistad con el mundo hasta el dia de hoy y la Amistad con el mundo seguirá siendo enemistad con Dios. Que no nos detenga de seguir a Cristo el temor a las luchas o el temor al menosprecio; recordemos siempre que la única manera de llegar a ser cristianos de verdad es soportando la persecución. Si nos detenemos evadiendo las luchas o esperando un momento en que nuestra conversion no provoque problemas, jamás llegaremos a ser de Dios.

2. Jesús mismo tuvo que sufrir el aborrecimiento: (Juan 15:20) el Señor Jesús enseño claramente sus discípulos que las persecuciones que él había padecido eran un ejemplo de las luchas que les vendrían a ellos. “…El siervo no es mayor que su señor… (Jn. 15:20). No es possible que si el mismo Señor sufrió persecución, los cristianos se vean librados de ella. Porque aun perfecto como era el Señor nadie fue jamás tan aborrecido como él desde el día de su nacimiento hasta el día en que le dieron muerte. Solamente este pensamiento debería hacernos sentir felices de sufrir por una causa que es la misma por que Cristo sufrio. Sintamonos, pues, consolados con la idea de que si hoy somos participantes de sus sufrimientos, un día lo seremos de su Gloria.

3. Las persecuciones son una señal que nos atestigua que, en verdad, somos de Dios: (Juan 15:21) todos los problemas y luchas que el creyente acarrea sobre sí son debidos al amor que le profesa a su Señor. Si fuéramos del mundo, el mundo amaría lo suyo; por ello, el ser rechazados por el mundo nos indica que no somos del mundo por lo tanto, no arderemos con el mundo. Pero, por el contrario, el no ser odiado por los incredulous es una mala seña que nos anuncia nuestra eternal perdición. Al sufrir persecucion sintámonos agradecidos, pues, es prueba que Dios nos ha tomado por hijos y en tal caso no nos desanimamos, al contrario, sintámonos bienaventurados de tener nuestra ciudadanía en la patria celestial.

YA QUE TODO CRISTIANO HA DE SER PERSEGUIDO Y ABORRECIDO SIEMPRE, NO PODEMOS ESPERA A QUE EL MUNDO TOMO CON APROBACION NUESTRA DECISION DE SEGUIR A CRISTO.
CON CRISTO TENEMOS MUCHO QUE GANAR, SIN EL TODO ESTA PERDIDO!.

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